A Gabriel García Márquez, el famoso escritor, su abuelo lo llamaba Gabo, Gabito, y él, a su abuelo el coronel, le decía un renombre tan cariñoso como papá y abuelo juntos, Papalelo. Esta historia sorprendente que vas a leer, la escribió de pequeño, Gabriel, Gabo, Gabito, como regalo de cumpleaños para Papalelo, fan de los dinosaurios.
A Franz Kopf, de 10 años, le cambia la vida el día que el oculista le diagnostica un ojo vago y le coloca un parche en el ojo bueno.Durante el recreo, Franz se aburre un montón y se dedica a dibujar el plano del patio y a localizar con colores el lugar habitual que ocupan los “raritos” del colegio. Un día se le acerca Jacob, el Empollón, le indica que no se ha señalado a sí mismo en el plano...